Si ya sabes todo sobre los ETFs, pero no estás seguro de cuándo dar el primer paso y empezar a invertir con este tipo de instrumentos, es momento de aventurarse y decidir.

¿Por qué considerar los ETFs en tu portafolio?

1. Te ahorran chamba:

Si eres de los inversionistas que no están pegados a las noticias financieras, económicas y políticas como un treider “de hueso colorado”, puedes optar por invertir en un ETF.

2. Son tu pasaporte a otros lugares:

Los ETFs son como los cómodos paquetes All-Inclusive de los hoteles 5 estrellas, porque si lo que buscas es invertir en las empresas más grandes y representativas de un determinado país o una región como Europa o Asia, con un solo instrumento puedes hacerlo; genial, ¿no? El ETF evita que tengas que comprar empresa por empresa. Supongamos, si quisieras replicar el índice de referencia Standard & Poor’s 500 (S&P 500), tendrías que pagar costos de transacción por cada operación de compra y encima tendrías que determinar cuánto comprar de cada empresa. Mejor comprar el IVVPESO y en un solo treid adquirir la parte proporcional de las 500 empresas más grandes de Estados Unidos.

Otra ventaja de los ETFs es que te brindan acceso a instrumentos que a ti, como pequeño inversionista, te costaría mucho dinero poder comprar; por ejemplo, ¿te gustan los metales? Puedes entonces invertir en lingotes de oro o plata. Si te gusta la energía, invierte en petróleo. Incluso puedes invertir en agricultura, como en maíz, trigo, azúcar, café, cacao o algodón.

3. Aplican la selección natural a las empresas:

Así como lo lees. La selección natural de Darwin se aplica a las inversiones a través de los ETFs. Por ejemplo, el índice de referencia S&P 500, en su revisión anual, analiza las empresas y determina cuáles ya no merecen estar en la elite de las empresas más robustas de Estados Unidos e incorpora a las que sí. Cuando sucede esto, tu ETF hace lo mismo en su “panza”, mientras tú disfrutas en la comodidad de tu casa.

4. Son eficientes:

Todo servicio tiene un costo, pero los ETFs son muy buenos en lo que hacen, que es toda la administración de los instrumentos en los que invierten. El costo que te cobran por ello es demasiado bajo en comparación con su eficiencia, haciéndolos el instrumento más barato cuando se trata de invertir en índices.

5. Son flexibles:

Los ETFs tienen la gran ventaja de operar como acciones, lo que otorga flexibilidad a tus operaciones. Para empezar, tú decides a qué precio quieres comprar. Además, no son como los Fondos, los cuales operan bajo un mismo precio todo el día; de hecho, en el caso de algunos Fondos, tienes que esperar el precio hasta el cierre de sesión.

Por otro lado, puedes operar los ETFs cuando tú quieras, no tienes que esperar un día especifico y su horario es más amplio que el de los Fondos.

Ahora conoces todo el potencial que los ETFs pueden otorgar a tus inversiones; más que instrumentos de inversión, son herramientas de inversión. Acuérdate que los ETFs te brindan:

• Diversificación: porque estás comprando un instrumento que en la “panza” contiene acciones o deuda, lo que mitiga el riesgo de concentrar tu inversión en un solo emisor.

• Acceso: a mercados o instrumentos que serían carísimos como pequeño inversionista, así como a mercados muy específicos como los de materias primas.

• Un pasaporte al mundo de las inversiones: invierte en países, regiones y hasta globalmente.

• Un portafolio ya hecho, que el mismo ETF administra: éste incluye las empresas más grandotas y se encargará de mantener a las más fuertes y sacar a las débiles.

• Transparencia: ya que en cualquier momento puedes ver cómo va y en qué está invirtiendo.

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