“Pitchear”, aparte del spanglish de lanzar una bola de baseball hacia el bateador, es presentar un proyecto de startup a inversionistas potenciales. Ya hemos hablado varias veces del arte del “pitching”, y puede que hayas sido uno de emprendedores en ciernes que han asistido a alguno de los cursos de pitching organizados por Dinerojoven.com. Pero hoy vamos a compartir 10 consejos de 10 profesionales del pitching, todo para ti:

1. Marca a tu mamá: si puedes explicar tu startup a tu mamá, o a tu abuelita, es que vas bien. Organiza un pitch para ellas. Si no te captan, lo sabrás. Y escucha su versión de la idea cuando la captan. Mamá sabe más que nadie.
2. Hazlo feo: el diseño no te conseguirá inversionistas, pero sí el mensaje. Busca la claridad usando imágenes inequívocas y de gran contraste. Equilibra el conjunto con cuerpos de letra bien grandes y titulares cortos, y así los inversionistas llegarán al corazón de tu proyecto más rápidamente. Ahórrate las fuentes espectaculares y los gráficos transparentes (esos van bien en la web, no el power point). Solo tienes una oportunidad, asegúrate de que se puede leer.
3. Grábate: una cámara de video puede ser tu mejor amiga a la hora de perfeccionar tu pitch. Analiza tu tono, el ritmo y tu expresión facial y corporal. Si eres consciente de tus limitaciones, ya tienes una ventaja sobre los demás.
4. Pitchea al enemigo: puedes buscar gente que no entiendan o que odien, tu especialidad. Los más escépticos te harán las preguntas más retadoras. Haz el pitch con normalidad, e intenta convencerlos de cualquier forma. Si te pegas con alguien que te devuelve los golpes, el entrenamiento será más realista.
5. Cuánta lana: muchos “pitchers” se olvidan, ya sea por timidez o por despiste, de mencionar la cantidad de lana exacta que necesitan para seguir adelante. Los inversionistas ya saben que vienes a pedir dinero, lo que no saben es cuánto.
6. El encanto de los extraños: agarra a ese tipo hablador de la fila en la cafetería o en el aeropuerto y lánzale una versión resumida de tu pitch. Quizás baste con el “elevator pitch”. Si todo funciona, escucharás que te dicen: “cuéntame más sobre eso”.
7. Que lo haga otro: un test bueno para saber si tu pitching es claro y conciso es que lo haga otro que ya lo haya escuchado, un amigo quizás. Si esa persona no es capaz de explicar tu proyecto en tres frases, probablemente es que el problema sea del pitching, no de tu amigo.
8. Eventos: aprovecha que has decidido participar en un evento profesional para hacer tu pitch (obviamente, evitando los factores clave) a cualquiera que pase por tu stand. Las preguntas que te hagan serán intuitivas y originales, pues esas personas no se esperan que les cuentes tu proyecto.
9. Cámbialo hasta que reaccionen: la clave de un buen pitch es que despierte la curiosidad del espectador, o sea, que te hagan preguntas. Hasta que no te hagan preguntas en 10 de cada 10 presentaciones, sigue trabajando el pitch.
10. Espera hasta el último minuto: este consejo es bastante controvertido. Si esperas hasta el último minuto para preparar tu presentación, te obligarás a concentrarte en los mensajes más importantes y eliminarás las diapositivas que no aportan nada.
11. Cinco mejor que uno: no te conformes con un solo pitch bien ensayado, porque no todo el mundo tiene el mismo nivel de conocimientos o de interés. Investiga quién te va a escuchar y adapta tu pitch a su formación y su experiencia. El pitch es muy bueno cuando lo puedes adaptar sobre la marcha para que sea más relevante para tu audiencia.
12. Los borrachos y los niños… siempre dicen la verdad. No estamos diciendo que hagas tu pitch en una cantina un jueves en la tarde, pero si logras captar la atención de un niño de 10 años durante tres minutos, entonces tienes buen material para arrastrar a un adulto durante 15 minutos.

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