No he tardado ni cinco minutos en registrarme en Coursera, y ya estoy apuntado a un curso de la Universidad Northwestern sobre «Estrategias de Contenidos para Profesionales», y en otro sobre «Model Thinking» de la Universidad de Michigan. Ambos son gratuitos, e incluyen videocursos, cuestionarios, trabajos en equipo y exámenes finales. Por 45 dólares, puedo obtener el certificado oficial del curso «Model Thinking». Otros te lo dan gratis.

Estoy francamente emocionado. Coursera es una verdadera empresa de emprendimiento social. Es la Mejor Nueva Startup de 2012 (TechCrunch Crunchies), y a pesar de que hay debates sobre la monetización de su modelo de negocio, ya tiene mi lana.

Coursera ha abierto al mundo (más de 2 millones de estudiantes ya han realizado alguno de sus cursos) el contenido propietario de 33 universidades, 200 cursos universitarios de alto nivel (Stanford, Yale, Columbia, etc), y sí, también están la UNAM y el TEC de Monterrey (un aplauso para ellos).

En un momento en el que la educación universitaria atraviesa una severa crisis existencial, con altos porcentajes de desempleo entre los jóvenes graduados de Estados Unidos y Europa (estudiantes americanos denuncian a sus universidades por haberlos engañado con sus expectativas de empleo); con un costo de matrículas que se ha disparado un 559% en Estados Unidos desde 1985; con planes de estudios anclados en los viejos modelos económicos, empresariales y sociales que no consiguen ofrecer conocimientos que sigan el ritmo de la innovación actual; con sistemas de gobierno politizados que hacen que los estudiantes mexicanos lleguen estar hasta seis meses sin clases, Coursera es una luz que hay que seguir.

Ojalá las Universidades sigan confiando su principal activo, el conocimiento, para que un chico de Nairobi, Yakarta o de San Cristobal de las Casas, tenga la misma oportunidad de enriquecer, completar, o siquiera iniciar su educación, que un chico de Los Angeles, Londres o París.

Ahí va un video de cómo funciona Coursera.